Los verdaderos amigos llegan a tu vida para bendecirla cuando menos los esperas, cuando no los estás buscando. Llegan en diferentes tiempos y en diferentes circunstancias, bajo diferentes condiciones para quedarse. Ellos permanecen a tu lado aún en la prueba más difícil y te apoyan, te animan, te aman, te corrigen, te cuidan y te advierten cuando hay cerca un peligro. Si un amigo se fue de tu vida por su propia decisión, no era tu amigo. En Proverbios 27:17 en la versión Traducción en Lenguaje Actual dice: «para afilar el hierro, la lima; para ser mejor persona, el amigo».
Ahí aplica un poco el famoso dicho «dime con quién andas y te diré quién eres», porque si un amigo te puede ayudar a ser mejor persona, también de su maldad puede sacar lo peor de ti.
Mi consejo: escoge bien a tus amigos, y dales el valor que merecen.