"Cuando el futuro se había vuelto muy corto y se me escapaba de entre los dedos con la inexorabilidad con que cae la arena en una clepsidra, frecuentemente me sorprendía pensando en el pasado de mi existencia: buscando allí las respuestas con las que sería justo morir. Por qué había nacido, por qué había vivido, y quién o qué había plasmado el mosaico de personas que, desde un lejano día de verano, constituía mi Yo."

"Y todos aquellos abuelos, abuelas, bisabuelos, bisabuelas, tatarabuelos, tatarabuelas, antepasados y antepasadas, en una palabra, todos aquellos padres míos, se convirtieron en mis hijos. Porque ahora era yo la que los estaba pariendo a ellos, mejor dicho, devolviendolos a la vida que ellos me habían dado."

Este libro es un mundo lleno de matices; de personajes entrañables, valientes, espontáneos, tiernos, ocurrentes e ingeniosos que tomaron parte de la historia en sus propias manos, abriéndole así el camino a una increíble escritora, como lo fue Oriana Fallaci. Algunos personajes más cautivantes que otros, pero todos igual de importantes. Es un libro que recomendaría a cualquiera: rico en historia pero aún así fresco, fluido y ligero. Elaborado de manera brillante, conjugando la historia de todo un país y un continente, con las sencillas vidas de campesinos y personas comunes y corrientes de los siglos pasados. Perfecto para recostarse en una tumbona junto al mar durante el verano.