Hoy quería escribir sobre otra cosa, pero entonces mis dedos empezaron a salpicar desconectados de mis ideas y mi cerebro tomando un rumbo diferente.
Cuando somos jóvenes
creemos que el mundo nos pertenece. Tenemos la energía para saltar, reír con
todas las fuerzas sin parar, para bailar sin cansarnos, para jugar y correr.
Siempre se ha dicho que la vida es mucho más sencilla cuando se es joven, y quizás
sea cierto. Mientras creces te das cuenta de que adquieres nuevas
responsabilidades, mayores y más grandes, que requieren de más atención de tu
parte. Crecer no está sobrevalorado, más bien la concepción de
"crecer" ha sido fantasiosa y romántica comparada con la a veces más
dura realidad. Ya no puedes correr para divertirte, debes correr para alcanzar
metas, ya no puedes saltar para sentirte libre, debes saltar para superar
obstáculos y alcanzar nuevos peldaños. Mientras creces te das cuenta de que
también crecen las responsabilidades, los objetivos y las expectativas que
otros tienen de ti. Ya no sólo debes levantarte temprano para ir a estudiar,
también debes conseguir un trabajo que sustente tu estilo de vida, una cama
sobre la cual descansar y un techo que cubra tu cabeza, debes empezar a conocer
gente y hacer que tu lista de contactos crezca, así también crecerán tus
oportunidades. Al final, debes conocer a una persona que no sólo será un
contacto en tu agenda, sino la persona que mantenga contigo un hogar y que
forme una familia contigo. Al terminar todo, volverá a empezar, y tus hijos
serán la prueba de que has triunfado o fracasado en la vida que te ha tocado
vivir, y así mismo ellos algún día deberán demostrar también que son capaces de
hacer todas estas cosas para enorgullecerte y enorgullecerse a sí mismos. ¿Es este el propósito de todo?
Estoy corriendo sobre una calle de polvo, angosta, en medio de un bosque. Corro velozmente sin detenerme. A medida que avanzo el camino se cierra detrás de mí por tanto no puedo volver, pero de vez en cuando se atraviesan caminos a los costados con letreros que presumen «atajo; camino más fácil; más sencillo llegar; vuelve al inicio» pero todos con un común final: precipicio profundo y sin retorno alguno.
A veces me canso y me detengo un poco, eso me da tiempo para pensar «¿sigo recto o tomo este camino?» Vuelvo a correr, a veces quiero llegar antes y tomo un atajo pero me caigo al precipicio, entonces tengo que subir por una escalera y volver a la «y» para seguir recto.Vuelvo a toparme con una nueva «y» y tomo el camino de «vuelve al inicio», entonces debo volver a empezar porque pierdo todo el camino que he ganado.
En el bosque hay tiempos de mucha brisa y refrigerio, otras veces hay fuertes tormentas, otras hay tiempo de grandes sequías, pero siempre puedo ver el cielo a través de las ramas de los árboles.
Este blog es sobre mi vida, sobre lo que me gusta y lo que no. Así como mi cabeza es un completo huracán de ideas, intereses y emociones, así lo es este espacio. Read More
Contáctame a través de mis Redes Sociales, o puedes escribirme a esta dirección de correo electrónico:
sullastradakds@gmail.com
"¿No es espléndido pensar en todas las cosas que hay por descubrir? Simplemente me hace sentir feliz de estar viva, ¡es un mundo tan interesante! No sería ni la mitad de interesante si lo supiéramos todo sobre todas las cosas, ¿verdad? No habría sitio para la imaginación." —L.M. Montgomery.