Lecciones
abril 26, 2014
A veces la persona que menos esperas llega a darte lecciones que jamás olvidas. Son de esas veces en las que, subestimando la fuente, nos caemos de espaldas sin entender qué cosa nos tumbó de tal forma. Debemos caer, golpearnos el cuerpo y el ego para entender como funciona la vida, aunque la mayoría de nosotros solo logrará entender sólo un poco.
Cuando los niños empiezan a dar sus primeros pasos tienden a caerse cada dos o tres segundos. Ese bebé llorará algunas veces porque los golpes pueden lastimarlo. Sus padres se preocuparan cuando caiga y vendrán a levantarlo. Es natural, es obligatorio caer para poder aprender. Si sus padres se desviven por evitar esas caídas sólo estarán restándole a ese bebé experiencias y conocimientos sobre lo que precisamente empieza a escribir en el mundo: la vida. Es necesario que ese niño caiga para que entienda como pisar más fuerte y seguros sus pasos.
La mayoría aprendemos lecciones por medio de errores, y los errores son como las caídas de los bebés, debemos atravesar ese valle para aprender a movernos con agilidad por la gran autopista de nuestras vidas. Cargar con la culpa de algo que no salió bien, o como esperábamos no es sano. Si lo hiciste no te arrepientas porque en su momento era lo que más querías hacer.
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