La suerte no existe, cada quien labra su destino. Si algo sale mal, pues bien, nos toca empezar de nuevo, esta vez con una lección de vida aprendida dentro de la maleta y con nuevas herramientas para hacerlo. Todo pasa por alguna razón, y de alguna manera de las pruebas y errores se aprende mejor que de los buenos tiempos, pues de los buenos tiempos sólo nos vanagloriamos, pero las pruebas nos fortalecen y nos ayudan a perfeccionarnos.
Lo que sucede es lo mejor.