El lado negativo de la familia

mayo 09, 2014

Hay lugares en los que tu alma te pide libertad. Son ese tipo de lugares represivos y limitantes, en los que te sientes acusado de día y de noche, hagas lo que hagas. Tristemente, el hogar acostumbra a convertirse en uno de esos lugares en los que muchas veces no deseamos estar, de los cuales queremos salir y pasar mucho tiempo alejados de él. Cuando somos jóvenes tenemos esa tendencia natural de querer abandonar el nido, queremos adoptar responsabilidades y crecer, pero todo a nuestro propio ritmo. Esto sucede porque en el hogar estamos siendo cuestionados y señalados constantemente, ya sea por nuestros padres, o por cualquier otro miembro de la familia que comparta tiempo con nosotros.

La familia es la mayor competencia para el ser humano. Si bien en los mejores casos nos ofrecen todas las herramientas necesarias para salir a enfrentar el mundo solos, también hay familias que retan a cada uno de sus miembros y crean una fuerte competencia e instinto de superación entre ellos —que no pasa a ser del todo malo, pero sí hasta que aprendemos a pisotear a los que nos rodean y a no medir las consecuencias para obtener lo que queremos—. El problema es que muchas veces este tipo de competencias, más que motivarnos e impulsarnos, se convierten en dañinas, dolorosas e injuriosas para uno o varios miembros familiares. Intentar evitar los roces y la proliferación de problemas en el núcleo familiar es la mejor opción que podemos elegir.

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