The Liebermeister

febrero 17, 2013

La vida se trata de caer y levantarse. Algunas veces, aquellas personas que más amamos nos dejan por alguna razón. Nunca sabemos hacia dónde iremos después, a qué llegaremos después de una victoria o de un fracaso, pero nuestra vida sigue indudablemente, aunque algún ser querido se vaya o se aleje la persona que creías tu apoyo.

Muchas lágrimas caerán, lloraremos como niños tantas veces hasta quedar secos, nuestra garganta producirá muchos gritos hasta enmudecer, y tantas veces desearemos decir «basta!».

Muchas veces estaremos caminando en la calle sin rumbo, con los ojos ciegos aunque puedan ver y los oídos sordos aunque puedan oír; nos daremos cuenta de que somos sólo títeres con cuerdas tensadas por el titiritero. Y vendrán más adelante tempestades con nubes negras, relámpagos y fuertes truenos que nos harán despertar de nuestro profundo sueño, nos harán darnos cuenta de que nada está asegurado y que nada es completamente cierto, ni siquiera nuestra propia vida lo es: un día estamos hablando, respirando, pensando, riendo... al otro somos sólo memorias y recuerdos en la mente de alguien más, una fotografía en algún álbum familiar y una lágrima en el ojo de alguien.

La vida se trata de seguir adelante aunque la gente te hiera, aunque se burlen de ti, aunque te ignoren, aunque el temor te paralice las piernas. Aunque no crean en lo que eres capaz de alcanzar y realizar debemos seguir luchando por no permanecer abajo cuando caemos, aunque seas el peor según otros y nadie te tome en cuenta. La verdad, se trata de no ser la «x» sino la marca que se queda para siempre, la que todos recuerden por el resto de sus vidas aunque tú ya no estés. Todo se trata de dejar huellas que ni siquiera el tiempo o el viento puedan borrar, de ser único y genuino, de no imitar a otros y descubrir lo que somos, lo que amamos y queremos realmente y de luchar por ello.

No se trata de pisotear a los demás, sino de ayudar, de levantarte cada día y valorar lo que tienes y lo que eres. Se trata de descubrir tu propósito, de hacer lo que más amas y poner todo tu corazón en ello aunque existan obstáculos y pruebas duras, aunque hayan errores y temas equivocarte o hacer el ridículo, aunque muchas veces te cueste pelear por ello.

Debemos colocarnos metas claras y objetivos limpios, perseguir nuestros sueños incansablemente aun cuando las oportunidades se tomen la tarea de huir lejos y esconderse, debemos tocar puertas una y otra vez hasta que alguien escuche y abra, debemos dibujar sonrisas y lágrimas en los rostros de los que nos rodean.

Se trata de ser alguien real, con un verdadero valor, con poder y un brillo único.

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